Hace apenas 15 años el desierto argelino era un destino turístico de primer orden. Incluso muchos viajeros cruzaban por esta parte del desierto del Sahara, dominado por la meseta del Tassili y el mazizo del Hoggar, en su camino hacia el África negra.
Tamanrasset, la ciudad más importante bullia de turistas, sobretodo franceses. Sin embargo, a raíz de la victoria en la elecciones generales y posterior ilegalización del GIA, la violencia explotó en Argelia en 1992.
Durante años, y debido a los continuos atentados y a los diarios enfrentamiento de las fuerzas de seguridad con los partidarios de este grupo islámico radical, el turismo desapareció casi por completo. Los turista tenían miedo de acercarse a este país, incluso al sur, al extenso y maravilloso Sahara, dominado por los Tuareg que solian mantener a raya a los terroristas.
Afortunadamente, y como la tranquilidad va volviendo a la vida de los argelinos, el turismo se está recuperando poco a poco y más rápido de lo esperado. Incluso durante los dos últimos años, el gobierno ha reformado su legislación para facilitar las inversiones extranjeras en el sector turístico.
Este remonte del número de visitantes a hecho que una aerolínea de bajo coste francesa, Aigle Azur, comience a volar entre Francia y Djanet(cerca de la frontera con Libia) y Tamanrasset, así como a otras ciudades como Argel, Orán o Annaba.
Sin duda, el más importante atractivo turístico de Argelia es el Tassili n’Ajjer, lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982, y situado a unos 2000 kilómetros al sureste de Argel en las Wilayas (provincias) de Illizi y Tamanghasset.
Tiene una superficie de unos 114 000 km2, y limita al este y al sur por Libia y con Níger y al oeste por el macizo del Hoggar. Más de 15000 dibujos y grabados nos recuerdan el cambio climático que ha sufrido el Sahara por donde hace miles de años transitaban elefantes, jirafas y otros animales rodeados de una densa vegetación.