Argelia es uno de los países del mundo con el porcentaje más bajo de nivel turístico en relación con su gran potencial. Ya que su rivera mediterránea, las ciudades históricas y el espectacular desierto siguen abandonados para los turistas de la vecina Europa, el parlamento argelino adopta una nueva legislación para cambiar esta situación. El principal problema – la violencia política – sigue, sin embargo, intacto.
Hacia el oeste, los argelinos miran celosamente los recursos turísticos de Marruecos, que aumentan en las costas atlánticas y mediterráneas. Al este, Túnez se ha establecido como destino importante, durante todo el año, para los europeos amantes de las playas y el turismo cultural. 20 horas en trasbordador hacia el norte, la rivera francesa es un de los destinos turísticos más famosos del mundo. Los recursos argelinos, sin embargo, son nulos.